Nada más que una pequeña muestra de nuestra falta de Estado de Derecho es lo que se está viviendo en Santa Cruz Barillas, Huehuetenango. El problema no está en la mentalidad o la prepotencia de los inversionistas y sus representantes, claro está, algunos de ellos podrían ser bastante más humildes y campechanos
Cualquier nuevo vecino que llega al vecindario aquí y en cualquier parte del mundo hace bien en esforzarse por encajar en su nuevo círculo social, pero toda esa parte de las relaciones humanas con la sociedad poco tienen que ver con el verdadero problema. Podemos ser educados, corteses, amables, risueños y todo lo que se nos ocurra pero ninguna de esas actitudes o acciones humanas están prohibidas o permitidas en nuestra legislación. No se trata de modales o de mentalidades, no se trata de razas, colores, tamaños, culturas, costumbres, idiomas o ideologías, se trata del pacto social bajo el cual todos los residentes y visitantes de nuestro país vivimos. Ese pacto social es nuestro marco jurídico y en él están definidas las reglas del juego bajo las que vivimos y actuamos, incluida la facultad que le otorgamos a nuestros gobernantes para hacer valer la ley. Buena o mala, la ley es la ley, y es la que tenemos, guste o no. Le parece abusiva (a mí bastante), hable con su representante en el Congreso y cámbiela, reúna las firmas necesarias y presente su iniciativa, opine en los medios, trate de convencer a la gente que lo rodea, presione, alegue o patalee pero no atropelle los derechos de otros. En todo caso las autoridades están obligadas, por las mismas disposiciones legales, a respetar la ley y hacerla respetar y esto es fundamental para que la sociedad pueda vivir en paz.
Ninguna parte de nuestra legislación permite, tomar rehenes, bloquear la libre locomoción, invadir la propiedad privada o hacer amenazas, por lo tanto yo esperaría que el Ejecutivo dé un golpe sobre la mesa y con la ley en la mano aplique las penas que tenga que aplicar a todo aquel que cometa este tipo de abusos. Quieren los señores de Huehue actuar en contra de la hidroeléctrica, si tienen demandas fundadas o infundadas pueden dirigirse a los tribunales y presentar sus casos y esperar las consecuencias dictadas, sean estas positivas o negativas. No es posible que como pueblo, permitamos que los derechos de algunos sean atropellados por la opinión de otros. No debemos permitirlo porque sería atropellar a priori nuestros propios derechos.
Las hidroeléctricas o las minas son proyectos de desarrollo que usualmente traen beneficios a la sociedad pero sobre todo son actividades legítimas que enmarcadas en la regulación actual debieran de llevarse a cabo sin más que el empuje de sus promotores e inversionistas. Parte del emprendimiento son los riesgos que conlleva dedicarse a cualquier actividad, como el riesgo que tiene un abogado de dar un mal consejo, o el de un agricultor de vender productos contaminados, o el de un conductor de colisionar a otro vehículo. Todos los daños a terceras personas o a los bienes de terceras personas que un emprendedor causa en el ejercicio de sus actividades están sujetos a responsabilidades en nuestra legislación y por lo tanto nuestros esfuerzos deben enfocarse en lograr un sistema que haga justicia verdadera.
Esperemos pues que el Ejecutivo se encargue de cumplir la ley y en hacer cumplir la ley en Santa Cruz Barillas y en todo el territorio nacional porque no nos podemos dar el lujo de seguir desperdiciando oportunidades de desarrollo.
tpm, HDP
ResponderEliminartu pta madre hijo d put.a como si el gobierno va a trabajar sobre la mesa.... el gobierno esta vendido todo es bajo la mesa. estas en lo correcto pero a fin de cuentas crees que se pudo hacer eso cuando vino Otto???
ResponderEliminarSolo ANONIMOS pueden hablar asi, demuestran su falta de personalidad y educación para decir malas palabras en un sitio publico y ocultarse. No se puede esperar nada bueno de gente inculta e ignorante.
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